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domingo, 3 de agosto de 2014

Juan Carlos I, en la lista de reyes descabezados

  • El historiador Xavier Rius escribe la crónica de los monarcas europeos destronados a lo largo del siglo XX
  • El autor considera que, a pesar de la abdicación, la monarquía española está consolidada y que una tercera república es poco probable
  • Cree que los catalanes la vía más rápida para vivir en república es la independencia
El historiador Xavier Rius. Foto: ND / JAG


La abdicación del rey Juan Carlos I a favor de su hijo, el Príncipe Felipe de Asturias, ahora ya Felipe VI, no ha sido una sucesión ni cómoda ni querida. La caída del borbón ha sido fruto de una erosión galopante de su imagen, a la que ha contribuido el acoso judicial del yerno, Iñaki Urdangarin, perseguido por un rosario de acusaciones de corrupción. Un hecho al que se sumó el escándalo del safari de Juan Carlos I, pillado en una cacería de elefantes en África en el mismo momento en que la crisis tenía totalmente machacados a sus súbditos, el paro a niveles estratosférico y la desesperanza instalada en el alma de la mayoría de la población, tal y como indicaban las encuestas de opinión. El monarca reunía méritos suficientes para que finalmente terminara en la lista de reyes europeos que, por una causa u otra, han sido destronados en los últimos cien años. 

El historiador Xavier Rius ha buceado en la historia de estos reyes descabezados y repasa en un libro-crónica ampliamente documentado, Los reyes destronados (Libros del Índice, 2014), las vicisitudes de una quincena de monarcas europeos que tuvieron, entre los siglos XIX y XX, dificultades para mantenerse en el trono o que finalmente, lo perdieron. El autor reúne las dinámicas que forzaron a cada uno de los personajes a quitarse la corona y, en esta nómina, ya figuraban nombres emparentados con Juan Carlos I: Constantino II de Grecia y Alfonso XIII de España. Deulonder considera que Juan Carlos Y, "que en los últimos tiempos estaba casi guardado", se vio obligado a abdicar "porque su imagen quedó embarrada principalmente a raíz del asunto Urdangarin" y también debido a la cacería de elefantes, aunque ya había habido precedentes sobre un hecho similar. "No entiendo porque hubo tanto revuelo con la cacería de elefantes-señala Deulonder en una entrevista con Nación Digital -, cuando no es ningún secreto que años atrás Juan Carlos I se había ido a Rusia a cazar osos " . 

El historiador afirma pues que, aunque el borbón "fue un personaje casi totémico durante los veinte años posteriores al 23-F", tanto el asunto Urdangarin "como el resentimiento social que ha provocado la crisis" han acabado "quemando". Con todo, sin embargo, la monarquía española no está aparentemente en peligro. Las cosas, cree Deulonder, deberían cambiar mucho. La realidad es que "la sucesión de junio de 2014 se ha hecho sin ningún problema, con la aprobación de la más que mayoría absoluta del Parlamento español". El estado español está todavía muy lejos de contar con una mayoría republicana. "Para proclamar la tercera república necesitaríamos que Izquierda Unida y Podemos sumaran mayoría absoluta y no lo veo factible". Además, indica el historiador, "pensamos que los del PP son los herederos del franquismo, que de república no quieren oír hablar, simplemente porque ellos son los herederos de los que se levantaron contra la República en 1936". 


Absolutismo, guillotina y democracia 

En su libro Deulonder aborda la evolución política del siglo XX, partiendo de 1900, momento en que menos Francia y Suiza, todos los países de Europa eran monarquías, y terminando en 2000, cuando sólo quedaban diez estados monárquicos: Bélgica, Dinamarca, España, Holanda, Liechtenstein, Luxemburgo, Mónaco, Noruega, Reino Unido y Suecia. 

La liquidación del absolutismo monárquico del antiguo régimen por la Revolución Francesa y varias oleadas revolucionarias llevó a la implantación de regímenes liberales que, sin embargo, no eran democráticos en el siglo XIX. Ya entonces hubo en toda Europa movimientos republicanos, partidarios de instaurar la democracia como medio de establecer un gobierno favorable a los intereses de las clases populares, pero tras el fin de la I Guerra Mundial , lo que puso en crisis las monarquías fue la aparición de los fascismos.

En la nómina de reyes destronados en el siglo XX figuran: Nicolás II de Rusia, Fernando I de Bulgaria, Guillermo II de Alemania, Carlos I de Austria y IV de Hungría, Constantino I de Grecia, Eduardo VIII del Reino Unido, Carlos III de Rumania, Pedro II de Yugoslavia, Zogu I de Albania, Humbert II de Italia, Simeón II de Bulgaria, Miguel I de Rumania, Leopold III de Bélgica, Constantino II de Grecia y Alfonso XIII de España. 

En el caso español, la monarquía de Juan Carlos (que arranca en 1975) está plenamente "consolidada" por el consenso político y un papel meramente de representación del Estado sin atribuciones políticas porque si las ejerciera estaría vulnerando la Constitución y España no podría considerarse una democracia. Recuerda Deulonder que en el caso de Alfonso XIII cayó "porque no lo querían ni los demócratas ni los reaccionarios, por razones diferentes, no lo quería nadie". 

Actualmente, en cambio, las cosas son diferentes, "los dos principales partidos de las Cortes españolas son monárquicos". La independencia, acceso rápido a la república Ante una monarquía blindada, el historiador cree que "el camino más rápido" para los catalanes vivan en república es la proclamación de independencia de Cataluña, un proceso que Deulonder prevé que tenga un desenlace en los próximos meses: "Parece ser que todo se decidirá en este otoño". Poco partidario de hacer apuestas sobre cuál es el futuro del proceso, el autor considera que las últimas piezas en el tablero, léase caso Pujol, son positivas para el soberanismo más que representar un obstáculo: "Es una buena noticia que la gente que tenga las manos sucias mejor que desaparezca de circulación, esto ya de entrada ". El escritor cree que "la corrupción es un mal que se debe erradicar" ya que "los países que no funcionan bien es porque tienen una corrupción galopante ". Así pues, "quien por la razón que sea nos haga desaparecer un corrupto de escena nos hace un favor, sea quien sea y sean cuales sean sus intenciones, no me importa". Deulodner sólo espera que Pujol "asuma las consecuencias legales o penales de sus actos y sobre todo que se retire totalmente de la vida pública".

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