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miércoles, 25 de junio de 2014

Censura monárquica en el Huffington Post

Esta es mi explicación a lo ocurrido con el Huffington Post:

Tras la noticia de la abdicación del Rey envié esta viñeta http://cuestionhumana.com/?p=545 a El Huffington Post. Normalmente, tardan en publicarlas entre 2 y 6 días pero en este caso, pasadas dos semanas, y a un día de la coronación, Laura Santolaya, ilustradora y colaboradora del diario, se puso en contacto conmigo para preguntarme si había notado ciertos “retrasos” en las publicaciones. Las dos nos vimos en la misma situación y decidimos escribirles pidiendo una explicación. La respuesta en los dos casos fue igual: no convenció a la directora y no se iba a publicar. En el año y medio que llevo enviando viñetas, nunca se se había dado el caso de que no quisieran publicarme una viñeta, aunque trataran sobre la casa Real. Sólo hubo una excepción, en la que representé un símbolo religioso e, instantáneamente, me avisaron de que lo debía modificar. Es decir, la manera de actuar en un caso y en otro fue muy diferente.

Nuestras viñetas no eran especialmente incisivas, sólo antimonárquicas. La coincidencia en la respuesta y la evidencia de que durante esas dos semanas no había existido crítica alguna a la monarquía dentro del periódico, no dejaba lugar a dudas. Así se lo hice saber a El Huffington Post, utilizando el término “auto-censura” e informándoles de mi marcha. Tal palabra no fue corregida ni negada ni se me dio ninguna explicación más sobre la determinación editorial. Aunque sí me pidieron disculpas por no avisarnos sobre la decisión.

Quizás mucha gente ya lo sepa, pero me parece relevante añadir que, en el Huffington Post, no hay colaboradores al uso porque en realidad no tenemos ningún contrato ni recibimos una remuneración económica. Me parece totalmente legítimo que lo gestionen así y que hayan tomado esa decisión ya que es su periódico pero, en mi opinión, esto enturbia un poco más el hecho de no dejarnos publicar lo que queramos. Por otro lado, esto implica que no he renunciado a mi trabajo sino a mi escaparate, lo que rebaja el nivel de heroicidad.

Si mi opinión sirve de algo, dudo mucho que esta decisión provenga de su directora Montserrat Dominguez; creo que habría que ascender algunos pisos en la empresa para encontrar el epicentro.


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