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miércoles, 1 de julio de 2015

Hay palabras que matan en diferido

No nos interesa el típico españolismo conservador, agresivo y amargado cuya lema es: Ni contigo ni sin ti, hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, cambiemos algo para que no cambie nada, que todo quede atado, bien atado y el que se mueva no sale en la foto. No queremos dirigentes políticos fascistas, que son incapaces y además corruptos, no queremos que nos gobiernen a nosotros. Que se queden con su España de tortura, corrupción, nepotismo, pandereta, censura y telebasura, que nos dejen en paz.

Han pasado tantos años de cleptocracia y  La Casta sigue delinquiendo. Muchos ciudadanos españoles son tan tontos, que votan al PP después de que Barcenas les dedicase una peineta con las cámaras de TV delante. La Casta se cree impune; pero eso está bien, que sigan así, faltará menos para que dejen de serlo.

Consideran a los independentistas vascos y catalanes y a los radicales de izquierdas como una tribu de cuatro gatos y un tambor que necesitan de su mano protectora e invencible. Pero eso es  un análisis caducado propio de la época de la "España va bien": nos hemos estado organizando y cada vez somos más fuertes y estamos más unidos. Hacen bien en crear la Ley Mordaza para intentar acallar lo que nos pasa por la cabeza a muchos de nosotros que rechinamos los dientes cuando vemos que no tenemos cabida dentro de su sistema porque está hecho a su medida y no cabe nadie más: hay palabras que matan en diferido.

Y nos aburrirán otra vez más, cuando traten de darnos una lección magistral de como debe ser su estado de las cosas. Ellos dirán que nosotros no podemos ser; porque nunca hemos existido en sus libros. Se cubren de la gloriosa historia de España labrada con  el sudor y la sangre de otros, para decir que de aquí no se puede mover nadie y cambiar nada. Ellos, que no han hecho nada ni para cubrirse de gloria así mismos.

Los independentistas queremos marcharnos y los radicales de izquierda echarlos del poder. Queremos ganar y da igual el camino o el método a seguir. Que La Casta se preocupe de  los escombros que va a quedar de su chiringuito cuando estalle una revolución, en vez de preocuparse por lo que hagamos; porque nosotros no vamos a salvarlos de esa mayoría silenciosa que dentro de poco  no podrá aguantar más  e irá a por ellos. Y a pesar de amar tanto la vida como otros aman la muerte (Basta ver la cantidad de escoltas que les acompañan allá por donde van), son tan tontos que van a quedarse en el poder.

Nosotros no queremos sobredosis de conformismo calmante ni vanas promesas de un país con libertad sin ira contra ellos y una recuperación económica que solo ellos vislumbran. No queremos dejar de soñar, Queremos conquistar el futuro o morir en el intento. ¡A por todas!

Viurem Lliures o Morirem!
¡Sí se puede!

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