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sábado, 30 de noviembre de 2013

La prensa española que trabaja para que nada cambie en peligro

La mayoría de la prensa trabaja para que nada cambie. Cada periódico tiene una linea informativa determinada y en muchos casos, una orientación ideológica bastante acusada, casi siempre al servicio de un partido político concreto. La deuda de muchos periódicos españoles se ha incrementado vertiginosamente y eso también los convierte en rehenes de sus acreedores, que en muchos casos son los bancos. Cada día que pasa, la gente compra  menos periódicos y se pregunta para qué malgastar su dinero en un panfleto ideológico al servicio de los intereses de los mismos que han agravado la crisis económica. Esa falta de lectores se traduce automáticamente en una mayor dependencia de los que desde hace tiempo se han convertido en sus amos.



A los periódicos se les condona sus deudas para que guarden silencio y no dañen en exceso la imagen de los bancos y multinacionales. Las distintas Administraciones Públicas  en manos del partido gobernante que le toque, les conceden generosas ayudas y subvenciones a cambio de no hacerles pupa y dejan de pagarles si destapan sus trapos sucios. Y el círculo vicioso continua y a medida que pasa el tiempo se hace mas complicado romperlo. Los lectores supervivientes, aprecian una disminución palpable en la calidad de los artículos y las noticias que se publican hoy en día; periodistas veteranos dejan sus puestos, víctimas de jubilaciones anticipadas y despidos para ser ocupados por carne fresca representada por los becarios o periodistas con escasa experiencia, dispuestos a ser mas serviles al poder que sus antecesores. El periodismo independiente de calidad se va convirtiendo un rara avis y casi en una quimera imposible. Y las ventas de los periódicos nacionales van cayendo como se puede apreciar en el gráfico.



La llegada de Internet no ha supuesto un revulsivo para la prensa escrita. Muchos lectores observan que existen periódicos digitales que ofrecen sus noticias de forma gratuita. Lamentablemente, para la prensa digital, el mercado publicitario no ha llegado a Internet como a otros ámbitos y ante la cantidad de oferta de medios informativos digitales. Los internautas que afirman disponer de ciertas informaciones, confiesan las intimidades y pecados de los famosos, de los políticos y se puede decir, para desgracia del poder, que Internet no es un medio que se pueda censurar con facilidad y las filtraciones siguen su curso, alimentando la indignación de los ciudadanos, hastiados de la clase política, de los banqueros, de casi todo y de casi todos.

Yo no compro periódicos desde el año 2007 y aunque a veces, echo de menos esa costumbre cuando los ojeo en un bar. Pero lo reconozco, gracias a Internet, me siento feliz de encontrar información gratuita e interesante y que por supuesto estos periódicos comerciales no se atreverían a publicar y que sus lectores no podrán encontrar en las páginas de los diarios.


Muchos ex-lectores hartos ante la falta de imparcialidad de la prensa española han tomado una decisión y han dicho basta. con su gesto de no gastarse mas de un euro al día en un periódico

La prensa no puede permitirse el lujo de servir  al pueblo y al poder a la vez, porque sus intereses a día de hoy son totalmente contrapuestos. El poder ha optado por saquear a un pueblo que ya está muy cansado de tanta corrupción. Si todos los ciudadanos dejasen de comprar periódicos, los bancos y los partidos políticos en el gobierno, se harían algunas preguntas que pondrían en peligro la supervivencia de los tabloides de este país: ¿Para qué  vamos a condonarles la deuda? ¿Para qué vamos a subvencionar panfletos que no son leídos por casi nadie?

Los dueños de los periódicos españoles deben decidir si quieren subirse al carro de los triunfantes o quedarse con los perdedores porque este régimen tiene los años contados. ¡Qué el pueblo les perdone si toman la decisión equivocada!

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