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sábado, 29 de agosto de 2015

Por qué no me cae del todo bien Jordi Évole

Jordi Évole despierta en mí sensaciones contrapuestas. Admiro su trabajo en esos reportajes de denuncia social, analizando lo que hay detrás de la cortina y tiene su mérito; porque. el periodismo de investigación en España estaba practicamente muerto hasta que llegó un humorista y se atrevió a hacer algunas preguntas incómodas. A falta de héroes, muchos encumbraron a Jordi Évole como el mesías mediático que hacía falta.  Jordi Évole tiene un método infalible: Ir de mosquita muerta y sonsacar confesiones a las personas que aceptan ser entrevistados por su programa "Salvados".

Pero detrás de Jordi Évole, yo veo un agente que trabaja para el régimen español y para el Grupo Planeta, un hombre en manos de los que desean lo peor para el independentismo catalán. Muchos independentistas se quejan de la manipulación que hace Antena 3 o La Sexta, pero es evidente que no se puede esperar imparcialidad de cadenas de televisión cuyos intereses  políticos y económicos son antisecesionistas.

Cuando Jordi Évole lleva a Oriol Junqueras en Sevilla, en un vano intento de maximizar un sentimiento de culpa y provocar una crisis de identidad en el dirigente de ERC en relación al proceso soberanista catalán... te das cuenta de lo que hay.

Cuando Jordi Évole dice en una entrevista que hay que evitar como sea que el estado español prohiba un referendum, que la policía requise urnas y detenga a los responsables,. No lo hace por defender la democracia española (una granfalacia) sino para evitar que estas acciones sean la "mayor fábrica de independentistas"... uno abre los ojos.

Cuando  Jordi Évole dice a Artur Mas que no está detenido o en prisión por organizar una consulta popular el 9 de noviembre de 2014, casi como pidiendo al president de la Generalitat que se muestre agradecido ante la compasión del estado español... uno despierta y se da cuenta que no hay un héroe sino humo de esa gran fábrica de independentistas que es el estado español.

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